Lacan decía que la angustia era el único afecto que no engañaba y se sentía en el cuerpo.
A mi me gusta definirla como un temor de que algo malo va a suceder. Actúa como una señal de alerta anticipatoria del miedo y el dolor, muy parecido a un veneno en pequeñas dosis que no mata pero si orada el cuerpo.
Por otro lado la angustia puede irrumpir en grandes montos y de forma automática y desmesurada.
La misma sorprende y desborda el cuerpo con una variedad de síntomas:
Palpitaciones, sudoración, dolor de pecho, temblores, náuseas, diarreas, mareos, jaqueca.
Cuando la angustia arremete en forma automática el sujeto puede entrar en urgencia.
Este afecto es una oportunidad para la consulta psicológica, ya que su desciframiento le permite a la persona ocupar un lugar menos sufriente y menos doloroso.
Chris
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