Es parte de nosotros, es un afecto que llevamos enquistado como un tumor sin cura, nos habita cuando no estamos a la altura, nos carcome cuando fallamos, nos señala con el dedo cuando no alcanzamos el ideal.
El boicot es lo característico de la culpa, sentimos que nuestros logros no los merecemos y los saboteamos. La culpa nos da insomnio y despertamos en medio de la noche con un grito amordazado, la culpa hace que seamos malos negociantes y que pidamos menos de lo que valemos.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa, nos sentimos inferiores y deudores. En el ámbito penal por ejemplo una persona es culpable (responsable) cuando comete un delito y es punible de una sanción jurídica.
La religión cristiana ofrece otro claro ejemplo con la imposición de los mandamientos " no desearas la mujer de tu prójimo" su incumplimiento es pecado y culpa.
En la vida cotidiana se manifiesta mediante la conciencia moral, que es aquella que impone la sociedad sancionando lo que está bien y lo que está mal. Cuando se actúa trasgrediendo una norma, la culpa opera como un castigo.
Para el psicoanálisis el sentimiento de culpa es por haber reprimido un deseo incestuoso, eso se aloja en el inconsciente y se desplaza. Esta internalizado estructuralmente en la vida del neurótico y el sujeto puede gozar de esa culpa en un claro sufrimiento. Nos sentimos culpables por no cumplir aquellos mandatos de nuestros progenitores.
Es la deuda que hay que pagar por el sólo hecho de existir. Es una deuda cara que contraimos por haber nacido y haber sido amados. La misma requiere ser saldada, pero como es una deuda imposible de pagar se impone una necesidad de castigo por ser inestimable.
La culpa se disipa cuando le extirpamos el afecto, pero resulta que ella siempre se las arregla para volver y encuentra la forma de hacer metástasis en otra parte, porque siempre, siempre, siempre...la culpa es nuestra.
Cuando la culpa no te deja avanzar en la vida, la consulta psicológica puede dar respuesta.
Chris
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